Si me hubieran dicho antes que me iba a enamorar de un chico que me dejaba ver solo lo que el quisiese, me hubiera reído.
El es el sinónimo de misterio y perfección. Después de el mi vida dio un vuelco que nunca hubiera esperado, creía conocerme, pero lo que no sabía es que apenas y sabía mi nombre.
Gracias a él aprendí a valorarme, aprendí amar. Pero también aprendí que el amor no se trata solo de un mundo color de rosa.
Respecto a mí. ¿Me conozco? Si me preguntarán como llegue hasta aquí, no sabría que decir. ¿Pero que más da?.
No sé si empezó, no sé si acabo. Pero mi vida carga un tipo de misterio, que creo que la respuesta siempre estuvo ahí, más yo siempre creí ser una chica normal. Pero de lo que si estaba segura era de que;
*Está mierda apenas empieza*
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.