Después de la muerte de la amada mujer del emperador Claude, Athanasia queda prácticamente a la suerte de los sirvientes de palacio rubí. Sola y con hambre llora desconsoladamente por atención, por una buena alma que la atienda. Sin embargo el destino se apiada de ella y más que una buena persona, se encuentra con un ángel. - Por los dioses, pequeña, ¿Quien fue la cruel persona que te dejo en esta cuna destartalada? ¡Oh gracias! Una persona amable. - Pequeña princesa Athanasia - ¡Que atractivo!...espera... ¿Lo conozco de algún lado? - Seré su cuidador desde ahora, trateme bien - ¡Lo recuerdo ! pero es imposible ¿Por qué la flor más precisa del tirano trabaja de sirviente?