Samantha solo quiere amar las cosas sencillas de la vida: reírse en el trabajo con sus amigos, tener citas espontáneas con su novio y compartir historias con alguien antes de dormir El problema radica en que su trabajo es una mierda, su novio un imbécil y sus noches consisten en desearse dulces sueños y darse la espalda para dormir. La costumbre la ha llevado a la más oscuras de las decepciones, a una donde ni siquiera la risa de sus amigas o los besos de su cachorro logran salvarla, pero de pronto la luz que se filtra por la ventana le permite ver un nuevo camino y unas manos que no sabía existían salen de la oscuridad para ayudarla a seguir el sendero. Nota: Cada historia es independiente.