Escribo, porque debe existir algo que,
nos arrebate la vida,
y nos la devuelva.
Escribo, porque desgarra el alma,
y al mismo tiempo... la repara.
Escribo, porque me encuentro en constante avizor de aquel sismo y me he forzado a sostenerme.
Escribo...
...porque de algo debe enamorarse nuestro ser,
y mi ser se enamora cada vez que escribo.
Yo escribo por aquellos que no pueden usar su voz,
por aquellos que no poseen una voz...
...porque escribiendo soy la voz de muchos y en algunos instantes, la de todos.
Escribo, para que cuando nuestra voz, ya no sea voz, sea un murmullo en la historia,
sea múltiples segundos en el tiempo,
sea luz,
sea penumbra,
sea vida,
sea muerte,
sea todo y a la vez nada.
Escribo, para que aquella voz...
... sea mía, tuya, nuestra y de todos,
y que siempre sea eso...
voz.
-Valery Otero.
Sofía dejó de contar los años desde que cayó en ese mundo donde las noches se confunden, las puertas se cierran y los sueños se desvanecen antes de siquiera nacer.
No hay escapatoria, nunca la hubo.
Hasta que una noche, en medio de un episodio agresivo, lo conoce a él.
Guido Sardelli tiene todo lo que ella nunca tuvo: libertad, un mundo a sus pies y sobre todo, la capacidad de irse cuando quiera. Es un relámpago en la tormenta, un recordatorio de que allá afuera, lejos del control opresivo de la noche, existe algo mas, algo real.
Pero la libertad es un lujo que Sofía no puede permitirse, no cuando una sombra amenaza con hundirla aún más en el lugar del que siempre quiso escapar.
Porque en su mundo, los errores se pagan caro.
Y lo que empieza como un respiro, puede convertirse en una sentencia.
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Ésta historia está inspirada en la canción de Airbag "Ganas de Verte", con una letra que interpela y atraviesa todas las capas 🤍