Justo después de Marineford, Dracule Mihwak sabe que su reecuentro con Akagami no Shanks es inevitable. Un pacto silencioso y una promesa que llevan años guardando en secreto. Evitarlo por un tiempo ha sido un despropósito, porque los pensamientos lo embriagan y las emociones afloran. Mientras Shanks duerme en el camarote. Mihawk está en vela, analizando su relación, recordando las veces que ha tratado de huir de los sentimientos hacia el pelirrojo y hacia el futuro de la nueva era que parece incierto. -Tenerte aquí es mi sueño también -susurró Shanks con la voz algo cortada y ronca -. Así, cerca. Duerme conmigo, no te separes. Dame... la posibilidad de volvernos eternos.