El amor de Greta me hace fuerte.
La ausencia de Lili me debilita.
Una mezcla de emociones: el amor pero al mismo tiempo la soledad; la tristeza pero al mismo tiempo la alegría de amar; la desesperación por no encontrar a Lili, pero la seguridad de que Greta siempre esta a su lado. Puede decirse que la vida de Martín ha sido complicada, no hay como negar eso, 11 años después de la desaparición de Lili, Martín decide seguir con su vida, no puede seguir atascado, bueno, poder si podría, pero tiene a una diminuta chica a su lado, Greta ha estado en cada lugar, cada momento, ha limpiado cada lagrima y siempre supo que decir, ahora es su turno de cumplir sus deseos, nunca olvidara a Lili, es imposible, pero tratara de regalarle a Greta la familia que merece, ¿Pero eso sera tan fácil?, Martín olvido un pequeño detalle cuando decidió dejar de lado a Lili, "mientras hay vida, hay esperanza" y hasta donde yo se de la historia, lo que la gente dice , es que el cuerpo de Lili nunca se encontró.
Lia no estaba buscando el amor.
Solo intentaba mantenerse a flote entre tareas, recuerdos que aún dolían, y una fe que algunas veces temblaba, pero nunca se rompía. Había días en los que reía con fuerza... y noches en las que solo el silencio la escuchaba. Lo que no sabía, era que entre pasillos de universidad, tardes de teatro y mensajes inesperados, una historia estaba por nacer.
Una historia suya.
Con amigas que se volvieron hermanas, con despedidas que enseñaron más que mil consejos, con una familia que la sostuvo y un chico que, sin prometerle el cielo, la miró como si lo viera todo.
Este no es un cuento de hadas.
Es un relato real, de esos que se escriben con pausas, con dudas, con días grises... y también con luz. Un viaje hacia el amor, sí, pero también hacia el interior. Hacia una versión de sí misma que no sabía que estaba esperando.
Porque a veces, el corazón reconoce lo que la mente aún no entiende.
Y ahí es donde comienza todo.
En una simple verdad:
Te esperé sin saberlo.