Asentí con la cabeza, consiente de que tal vez no vería mi gesto, y como una nena pequeña que asustada corre a resguardarse dentro de las cobijas, me adentré en la cama. Podía sentir un cálido y electrizante calor irradiando de Alexander, quien se encontraba a un lado mío, provocando que mi corazón se acelerara a una velocidad casi imposible. Y entonces, pude enfocarlo a la perfección, una vez que mis ojos se habían acostumbrado a la oscuridad de la habitación. Estábamos rostro a rostro, a escasos centímetros de distancia el uno del otro, y mi rodilla rozaba casi imperceptiblemente su pierna. Pude ver como Alexander sonreía débilmente. -Respira, Kate -dijo con voz suave. Todos los derechos de esta historia reservados a Andrea Ameneyro. OBRA REGISTRADA en Safe Creative bajo el código: 2008084964919 y en INDAUTOR bajo el código 03-2023-101912030000-01
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