Senku no sabe por qué la insistencia de Gen en que él asista a uno de los ensayos de esa absurda y barata obra de teatro (la que por cierto solamente serviría para obtener mano de obra del ex imperio de Tsukasa), pero más allá de cualquier excusa, la realización del entendimiento en la treta de Gen llega a él cuando ve a Kohaku asumir de lleno el papel asignado por el mentalista.