Cansada de sufrir el constante estrés por las obligaciones que conlleva el crecer, Kate decide darse a la fuga unos meses a la playa. Nunca esperaba cruzarse con aquel chaval de aspecto despreocupado y mucho menos volver a verlo y que se convirtiera rutinario mientras se hacía alguien importante en su día a día a partir de esa primera mirada.