La profecía del Gran Oráculo augura que una niña, nacida de un amor prohibido, se convertirá en la temida reina negra, destructora de su pueblo, los Tuatha De Dannan, una tribu divina que tiene su reino en la isla de Eire. Desde hace siglos, La Piedra del Destino es la encargada de legitimizar a los herederos al trono. Sobre ese altar, depositan a los bebés recién nacidos. Si la piedra emite un sonido sibilante y bronco, proclaman al niño rey. Pero para una niña es una prueba de vida o muerte. Si la piedra silba, la niña debe ser sacrificada. Kalen es apenas un muchacho, hijo del capitán de la guardia real, instructor y avezado guerrero de las huestes al mando de su padre. En aquella coronación, él es el encargado de depositar al nuevo vástago del gran rey Nuada en la piedra. Es una niña y todos contienen la respiración. Hasta el momento, ninguna de las descendientes femeninas ha despertado el rugido de La Piedra. Pero aquella pequeña de enormes ojos cerúleos, llamada Myrna, está llamada a cambiar el destino de ambos.