La mala hierba nunca muere, dicen. Pero, si bien Elena Yáñez no cree en eso del "bien y el mal", parece ser incapaz de morir. O al menos, de morir realmente. Por algún motivo que ni ella entiende, se pegó un tiro en la cabeza en Finlandia durante el año 2021, pero despertó. Seguía en Finlandia, seguía siendo ella misma (con ligeros cambios), pero corría el año 1061 después de Nuestro Señor Jesucristo para los europeos, y el año 6568 para los habitantes de Kvenland. Desde ese día, Elena deberá ingeniarse con todas las maneras que una mujer podría sobrevivir a lo largo de la historia conocida del mundo occidental. Matar, engañar, extorsionar serán parte del pan de cada día. A veces conquistará reinos, a veces se disfrazará de hombre para llegar a ser Papa. Otras veces se rebelará con los celtas para la liberación de éstos durante el tiempo de opresión por el imperio romano. Lo más gracioso, recuerda ella, fue el día en que la canonizaron tras haber reclutado a media Francia para su prematura muerte y, en teoría, la de ella misma. En esta primera entrega, hablemos de como Elena Yáñez, nacida en el siglo XX y muerta por un suicidio patético y bochornoso, fundó un pequeño reino al que le darían el nombre de Suecia.
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