Era increíble el vértigo que se sentía cada vez que surcabas los cielos. Como si fueras inmortal. La sensación de que no importaba cuán alto volaras porque ahí abajo habría alguien que te atraparía. Pero todo lo que sube tiene que bajar, y es ahí, a escasos centímetros del suelo cuando ves que no hay nadie. Eres tú y el suelo. Como cuando tenías eso que tanto anhelabas... No lo puedes ver, no lo puedes sentir... Ni siquiera lo puedes sujetar porque está dentro de ti. Joder, está dentro de ti. Y aún así, estando muy dentro de ti, de un momento a otro ya no lo tienes. Y no sabes a dónde fue, no sabes cómo se fue. Maldita sea, no sabes por qué se fue..., pero ya no está. "Es como si estuvieras gritando... Y nadie pudiera oír. Casi te sientes avergonzado de que alguien pueda ser tan importante que sin él te sientes como... Nada. Nadie nunca entenderá cuánto duele."
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