La esposa perfecta de un hombre

La base de la alta sociedad de Corea del Sur es el dinero, el poder y el matrimonio. Su matrimonio fue considerado un mero 'contrato' entre los padres.

Así que no importaba quién iba a ser la novia. Guapa o fea, adicta a las compras o deprimida, promiscua o virtuosa. Lo importante era lo que la novia traería a la mesa.

Sin embargo, ella era diferente.

Recordó a Yuan, que había estado sentado con tanta gracia frente al árbol de magnolia. Su rostro blanco y esbelto, su sonrisa pura y sus ojos marrones mirándolo.

Le dolía el pecho. Maldición, le dolía tanto que empezó a maldecir.

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Sus cuerpos se convirtieron perfectamente en uno. Sus cuerpos enredados, las piernas entrelazadas, abrazándose. Se movían como uno solo como si estuvieran buscando la salvación.

"Si empiezas a ver a otro hombre, te mato".

Mordió bruscamente la nuca de ella.

"Te lo advierto ahora, pero realmente te mataré. Ni siquiera mirarlos. No hables con ellos. Ni siquiera reconozcas su presencia.

Yuan dejó escapar un suave gemido y no pudo responder.

En la noche, una noche de primavera donde la densa oscuridad goteaba como pintura, la habitación rebosaba de pasión.