Dear Kendall, count me in

Sin duda Ashton Irwin era distinto a todos los hombres que Kendall tuvo la desgracia de conocer. Otro en el lugar de ese castaño se hubiese lanzado sobre ella al verla entrar con ese corto vestido de seda, despues de todo ese era un club de nudistas, y todos saben que las nudistas hacen más que bailar y sacarse la ropa. Pero Irwin no, él le preguntó cosas sobre ella, se interesó en lo que había detrás de esas curvas, la trató con respeto y delicadeza. Ashton Irwin sin duda era la excepción, y Kendall lo necesitaba más de lo que ella quería admitir.
Esta es la historia de una nudista y un universitario. Esta es una historia de amor.