Amar en tonos grises

Si Carla Martínez fuese capaz de elegir un color para describirse, éste sería sin duda alguna el gris.
Desde la muerte de su hermana menor, Carla no ha dejado de pensar en que todos esos colores que la hacían única simplemente se desvanecieron con el pasar del tiempo tal cual como había sucedido con las esculturas milenarias que tanto admiraba.
Y es que la rubia sentía que de un día a otro su vida había envejecido varios siglos y con ello se habían ido todos los colores de los que alguna vez había alardeado.
O eso es lo que ella pensaba hasta que conoció a Laura.
Laura Vega no conocía otro color que no fuese ese tono gris en que se pintaba su vida llena de temores y monstruos que no solo vivían en su armario sino también en su corazón, es por esto que cuando vio por primera vez a Carla en la tienda de discos de su padre, se quedó sorprendida por la explosión de colores que le revolvió el alma a través de una mirada, ya que al parecer solo ella podía reconocer ese gris que era la combinación de todos los colores del universo.
Ese fue el principio de todo en donde dos almas grises llenas de heridas se encontraron en el momento perfecto para poder crear un amor en tonos grises.