Los vampiros y los murciélagos tienen un ancestro en común, como los humanos y los monos. Cuando los humanos del planeta Tierra descubrieron un planeta habitable para ellos, Inane, ubicado en un sistema solar cercano al suyo, no dudaron en empezar a preparar el traslado de la raza humana hacia aquel planeta, después de haber dejado el suyo propio hecho trizas. Sin embargo, al llegar, se percataron de que no eran los primeros. Drácula y su mujer, Elizabetha, hacia años que habitaban en aquel planeta. Incluso habían tenido descendencia. Once hijos. Los humanos, que querían el planeta exclusivamente para ellos, no dudaron en intentar exterminar esa raza que suponía una amenaza para ellos. Drácula entrego una piedra preciosa a cada hijo, cada una les confería un poder especial. Cada hijo, con el fin de preservar la raza vampira, se escondió en un lugar remoto del mundo, con el propósito de camuflarse entre los humanos y no llamar la atención, no sin antes hacer un pacto: