Una pequeña peliblanca de puntas aguamarina corría lo más lejos que podía, mientras cargaba un pequeño bulto entre sus brazos, corría sin parar por el frondoso bosque. Miraba atrás de vez en cuando para verificar que su padre o algún miembro de la tripulación de este la siguiera, el alivio llego a su cuerpo cuando no los veía o sentía. Pero no dejo de correr, hasta llegar a otra isla lejos del territorio de su padre, usando un pequeño bote fue rápidamente a esta isla, y siguió corriendo, para suspirar de alivio después de algunas minutos, había escapado, pero solo lo hizo para su pequeña hermana. La miro con una sonrisa triste, para mirar a todos lados, y ver a lo lejos una choza abandonada, sonrió y fue hacia haya, al entrar dejo a la bebé en una canasta que vio por ahí, sonrió con tristeza viéndola, para quitarse la katana de su cintura, la cual robo del tesorero de su padre, y la dejo al lado de la bebé junto a una carta y una pequeña bolsa. -Lamento hacer esto Amane-chan, pero...no estarás a salvo con padre.-La bebé estaba dormida.-Él se a vuelto más salvaje desde que...Kosuki Oden falleció hace una semana.-Dijo con tristeza ante esa ultima mención.-Pero aquí estarás bien. Dándole un beso a la bebé, se fue con una sonrisa triste, no sin antes pedirle a gaviotas que enviaran una carta al barco de Roger o de Barbablanca, ya que ellos eran amigos y camaradas de Oden, ellos podían cuidar de su pequeña hermana. Porque cree que su hermana hará grandes hazañas como su héroe.