En su naturaleza está la necesidad de su contraparte aunque el miedo evada cualquier contanto sentimental. Sus flores florecen, las arranca, y desaparecen de su vista. Mientras, por otro lado, a causa de su situación, alguien necesita de su contraparte aunque la vergüenza le impida encontralo. Buscan un intercambio sin segundas intenciones, situación que, se ve imposible de frenar.