Solo hace falta un talentoso arco para cortar las cuerdas de cuello y muñecas de Dazai para que este pueda gozar de la melodía del mismo piano del que siente su peso todos los días. La pasión quizás pueda reavivar el fuego de las cenizas que Dazai ahogó. Pero tendrá que apurarse, pues aquella ráfaga de vida será tan efímera como las flores de los cerezos que están floreciendo.
3 parts