Hay cosas que por mucho que las busques son imposibles de encontrar, no sin un poco de ayuda. Por ejemplo, a todos nos ha pasado de perder una camiseta y que nuestra madre tras un "¿Qué te hago si la encuentro yo?" nos ayudase a buscarla para terminar hallándola en el fondo de un cajón. Pero... encontrar una camiseta es más fácil que encontrar la sonrisa que perdiste ese día. No sabes por dónde empezar a buscar. ¿Por los recuerdos? No, demasiado dolorosos, cuando los piensas, se te implanta una sensación amarga en el pecho que sabe a "debiste de haber aprovechado mejor ese momento". ¿En el fondo de tú corazón? Ese lugar está desierto, los sentimientos huyeron cuando la amargura y la tristeza aparecieron inundándolo todo de un color negro que recorre tu cuerpo atrapando todo tipo de motivaciones que te ayudarían a seguir. Si esas motivaciones ya no están en tu corazón, quizás si que lo estén en el de otro, en uno que late con fuerza, en uno rojo que no se oscureció, quizás se encuentren ahí, y quieras hacerlos volver. Quizás no puedas sola, pero igual si puedes con alguien. Quizás no todo huele a llanto, puede que lo haga a dalias...