Aquella revista porno de anaquel le llamó la vista y como quien toma una ostra de la arena sin esperar una perla tomó la revista. Pero allí estaba, su una en un millón. Las fotos de aquel personaje no eran mucho nada que llamara la atención de alguien de gustos más socialmente aceptables pero para el, oooh para el fue más que suficiente, mucho más que suficiente. No sólo para disfrutar aquellas fotos reveladoras si no que conocerle, conocerle a través de las entrevistas y enamorarse de quien podría perfectamente ser falso. Pero ¡oh! Cupido y sus fechorías no iba a dejarlo descansar, menos cuando aquella muchacha de gustos artísticos y culturales iria a disfrutar de una obra, ¿podrá encontrarla entre la multitud de gente bien vestida?All Rights Reserved