—Dicen que odia a los hombres y en la noche come las pelotas de todos aquellos que osan acercarse —comentó Josh, con una voz que delataba lo mucho que había bebido esa noche. —Diez dólares a que ni Axel es capaz de acercarse —se rió Anna, un poco más que borracha mientras sostenía el billete entre sus dedos. Axel no dudó ni un segundo en rapar el billete mientras sonreía y dejaba su cerveza sobre la mesa.
1 part