Nerte es un mundo divido en dos. Un lado es fuego y el otro es hielo. Durante siglos, ambas tierras han vivido en constante guerra queriendo tener el poder absoluto de todo lo que les rodea y así tener "paz". Cuando realmente, la paz la tienen justo delante de ellos.
Edan, futuro rey de Terra de Nar (Tierra de fuego), no necesita casarse para ser rey debido a que es hombre. Sin embargo, Eira, futura reina de Land del Kalt (Tierra de hielo), para poder reinar debe casarse y debido a esto, sus padres la comprometen con un desconocido en contra de su voluntad.
Cuando llega el día de conocer a su futuro esposo, se escapa de la casa con tal de no verlo. Camina hasta los límites de su tierra, se sube al Ohfigue (árbol más grande de toda la tierra que está justo en los límites, dividido por ambas tierras y es lo único que soporta ambos climas a la vez) y cierra los ojos buscando algo de paz. Unos pasos la interrumpen y del otro lado, ve una silueta con capucha aproximarse al límite. Sigilosamente, se agacha para que no la vea, pero sin perderlo de vista.
-No deberíamos estar aquí, Edan.- Escucha confundida, pues no había notado que había alguien más. Ve como la silueta asiente con la cabeza, se da la vuelta y se marcha.
Cuando Eira ya no escucha más los pasos, se lanza del árbol y observa el camino por el que se fueron.
-¿Quién eres, Edan? ¿Qué hacías aquí?- Susurra curiosa para sí misma.
Lo único que Eira sabía es que Edan es de la Terra de Nar.
Pero lo que no sabía es que él también buscaba la paz, y que él sería el único que lograría derretirle el corazón sin siquiera tocarla...