Recuerdas esas charlas sobre el riesgo de internet y las redes sociales. Cuando pensabas que todo eso es una estupidez y que nunca te pasará a ti. Hasta que un día sucede y te das cuenta que si hubiéramos hecho caso y prestado atención a lo que siempre nos avisaron, ninguna estaría en este estado, pero tampoco nos habríamos conocido. En todas las historias siempre hay un culpable. En nuestro caso se llama: Confiar.
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