Samantha Rivera y MarĆa Victoria Arellano.
No tenĆan muchas cosas en comĆŗn, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidĆan y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenĆan ideas muy diferentes y actitudes contrarias. MarĆa Victoria era dueƱa de si misma, Samantha era una chica insegura. Sus manos parecĆan ser hechas como piezas exactas para encajar una con otra, con los dedos entrelazados y mirando a la misma direcciĆ³n.
Samantha era su pequeƱa.
EstĆ” historia no me pertenece, todos los derechos a su autor original.