Existe una línea muy fina entre la cordura y la locura y la diferencia entre sanos y enfermos está determinada por aquellos que son capaces de cruzar la línea y aquellos que se mantienen al margen. Para los que tienen la mente dañada, ellos son personas totalmente sanas, no se ven problema alguno, "¿Realmente estoy enfermo? No digas tonterías" sería su respuesta.
El ansia de manipulación, de control, de ser el centro de atención. Las ganas de sobresalir y que todos sientan que lo necesitan para vivir. Adoran crear ese estado de dependencia. No les importará el malestar de otros porque no les reporta ningún beneficio. Tampoco serán cercanos sin obtener algo a cambio. Podrían dejar de lado a cualquiera que no cumpla con sus intereses en cualquier momento, sin pestañear.
Para eso están los psiquiatras, para tratar de enderezar lo mejor posible a aquellos que no pueden estabilizarse por su cuenta. Eso era la doctora Kim, la psiquiatra de Namjoon, y la única persona a quien este parecía obedecer. Pero incluso ella no estaba del todo segura a su lado. Namjoon era un psicópata y tarde o temprano terminaría jugando con su mente.
Era una guerra contra el tiempo para ver quién lograba su objetivo primero. ¿Podría la doctora Kim descubrir el motivo que mantenía a Namjoon de ese modo antes de que la oscuridad la consumiera, o escaparía del problema, salvándose del monstruo?
El reloj ha comenzado a contar...
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