Cuando una coincidencia se convierte en un patrón, para una policía que está detrás de el puesto de detective es muy difícil ignorar la creciente cantidad de asesinatos que parecen no tener nada en común, excepto que sus instintos y obsesividad la llevan a desenredar una maraña de hilos que entretejen a la corrupta ley de la ciudad y una cantidad alarmante de maldad en ciudadanos aparentemente inocentes. Su obsesión no solamente la llevará a marcarse un objetivo en la espalda, sino que se enfrentará a demonios con los que nunca hay que meterse. Interponerse en el camino de la venganza nunca es muy buen idea.