Un poco sobre...
Solo somos pasajeros en las vidas de personas pasajeras, y por más que queramos dejar de ser temporales, tenemos un tiempo límite que completar, nos damos el tiempo de conocer a esa persona, amarla y explotar cada uno de nuestros sentimientos, pero cuando dar mucho empieza a lastimarte, es momento de partir de allí. Yo amé a alguien con total locura, y nunca me importó ser de las que arriesgaba todo por él, él valió cada uno de mis escapes, de mis mentiras para ir a verlo, de todo lo que hice para poder llamarlo mío, pero a cierto punto, el nunca lo fue, y aquí me encuentro, escribiendo poesía, y viendo como el se cruza en cada uno de mis escritos, por lo tanto, cada palabra de este libro, va dedicada a él, todo comienzo, tiene su final.
La vida es un recibir y dejar ir a personas, todo marcado por la temporalidad eterna de nuestra alma, dejar huella y seguir caminando es nuestra meta.
Y aunque duele decirlo así. No existe peor sentimiento que la culpa, y las ganas de haber hecho las cosas mejor, o tal vez el dolor, de lo que pudo haber sido, y jamás sucedió. No vemos el daño que hacemos, ni el valor de las personas, si no hasta que esta, nos dice adiós, y esperamos a que vuelva, pero esa persona, ya avanzó.