Valeria tenia las desgracias de ser hija de una importante mafia y ser niña prodigio, su madre amante a la perfección y su padre con el carácter de cien toros bravos forjaron a un perfecto monstruo con cara de ángel. En su vida no existía amor, solo el cariño que, de vez en cuando conseguía de sus padres. Alexander aunque no fuera titulado prodigio era muy inteligente y de el se esperaba que dirigiera la mafia junto a una tal Valeria, aunque no la conocía no le daba buena espina, a lo mejor era una niña que por el cariño de su padres era ciega. A diferencia de el, que claro había luchado toda la vida por la atención de sus padres. Con 17 y 18 años estos dos tienen que huir del país juntos a otros hijos de jefes, ellos comandan la manada. ¿Podrá el poder unirlos?