Tonta, torpe e inocente. ¿Quién no fue así en su adolescencia alguna vez? Mi objetivo era llegar, hacer muchos amigos y fomentar la paz e unión dentro de este edificio. Como anteriormente lo había logrado en mi antigua institución. ¿Cuál era el principal obstáculo? Caín. Hasta su maldito nombre sonaba infernal. El rey para todos los jóvenes de esta estúpida ciudad solo porqué sus padres influyen y trabajan en el gobierno. Con ese demonio sin cuernos volvimos a la época de la esclavitud, donde si no eras nadie importante le pertenecías a quien si lo fuera. El se proyectaba sobre cada uno de nosotros como un dictador, estábamos caminando detrás de él, muy adentro de su sombra. La política pisaba fuerte en la ciudad. Yo quería destruir el sistema. Y ese fue mi primer error.