Días después de la muerte de Erwin Smith en Shinganshina, Levi encuentra una carta de despedida entre los papeles del comandante. Lejos de ser una carta llena de amargura, se trata de una colección de recuerdos - algunos duros, otros muy hermosos - de los dos. De la mano de la caligrafía de Erwin, Levi cierra los ojos y visualiza cada uno de los momentos narrados en la carta; momentos que, para bien o para mal, jamás se irían de su mente, ni aún después de su propia muerte.