Todos tenemos 'misiones' que debemos cumplir en esta vida o en la siguiente. Sagradas o no, las queramos o no, a veces llegan porque no las esperas. A veces, pasas toda una vida esperando. Algunas otras veces, estás convencido de tu deber y no haces nada. Y muchas otras veces, no tienes mayor escapatoria. Esta historia tiene todas esas variantes. Y en esos escenarios nuestros personajes se debaten entre la vida y la muerte, entre la mitología y lo podrido de una época, entre guerreros herederos de un inconmensurable poder y sádicas entidades malditas, llenas de odio, sed de sangre, corruptas y convencidas de la absoluta devastación.
¿El problema? Es grave. Nuestros protagonistas, herederos de los desiGnios que el mundo les ha dejado, y quienes deberían ser los nuevos guerreros protectores de una falsa paz, han perdido el futuro desde hoy. Sin guía, sin tregua, desesperanzados, sumidos en el temor de tiempos voraces, sin ganas de luchar y con escaso conocimiento del mal que se avecina, no lograrán ver una salvación a lo que enfrentarán: la desolación.
Entonces, ¿a qué dioses antiguos deberán apelar? ¿qué futuro avizorar? ¿reaccionarán o se hundirán más? ¿a qué apelarías tú? ¿de verdad crees que lograrías vencer? ¿Te unirías o huirías?
Luke, un hombre murió y renació como un dragón.
Su sistema se despertó cuando nació, y en su cofre del tesoro inicial, obtuvo un antiguo linaje kriptoniano.
Cuando Luke descubrió que estaba en el Universo Marvel, un dragón apareció en todos los eventos principales centrados en la Tierra.
A medida que continuó abriendo cofres del tesoro, absorción de energía, supercristales, semillas de poder divino, fuego del infierno, transmisión multiverso, poder de origen, el corazón del universo...
Luke creció rápidamente y derrotó a todas las personas poderosas del Universo Marvel hasta el final...