Wen Ruohan siempre había esperado encontrar alguna mujer adecuada para él, sus padres lo habían comprometido varias veces, pero ninguna era de su interés. Hasta que conoció a la discípula principal de Yunmeng, Wei Wuxian, aunque apenas era una pequeña flor de loto, era la chica más pura, además de tener las mejores habilidades de una cultivadora. Simplemente ella era perfecta y la obtendría para si mismo sin importar nada.