El destino puso frente a mí en el papel menos indicado al hombre que sin remordimiento alguno en el pasado pisotee. Continué con lo que consideraba mi mayor ventaja; la belleza, la juventud y la arrogancia. La mayor ventaja de él, parecía ser su dinero, y es qué frente a alguien que pasaba por una situación económica tan precaria, definitivamente lo era. Daniel Huxley era mi única alternativa, y aunque me negaba a sucumbir ante él, su callada y serena actitud, era capaz de doblegar a la mía, sin embargo, la prejuiciosa y engreída Amber Benett aún daba crédito a su orgullo.
*Una historia que tal vez ya ha sido contada, pero no con mis palabras*
*Prohibida la copia*