Eternos Rivales || Shikamaru Nara ||

Después de la devastadora Tercera Guerra Ninja, las secuelas dejaron a muchas generaciones huérfanas, incluida la chica del clan Hikari y su hermano menor. En su clan, la tragedia fue aún más pronunciada, ya que solo cinco adultos lograron sobrevivir al ataque, junto con un bebé de apenas unos meses que, lamentablemente, falleció poco después por un paro. Esta pérdida masiva dejó al clan debilitado y vulnerable, especialmente porque la heredera del poder vudú era la única chica que quedaba.

A medida que el tiempo pasaba, los miembros del clan intentaban enseñarle a la joven heredera el poder del vudú, pero sus habilidades no alcanzaban para mantener el chakra suficiente de sus oponentes en su mano para crear un muñeco. Esta frustración llevó a la familia principal a sellar una marca en su muñeca a la edad de cuatro años, una señal de control y castigo que reflejaba su desconfianza en las capacidades de la niña. Muchos dentro del clan consideraron inútil enseñar un arte tan poderoso a una niña, lo que justificaba la marca como una medida de precaución.

Mientras tanto, la chica se esforzaba por ocultar a su hermano menor de la familia principal, temiendo que sufriría el mismo destino que ella. A pesar de los abusos y la crueldad que enfrentaba, mantenía un profundo respeto y admiración por su familia, reconociendo que eran quienes la mantenían con vida y la cuidaban en momentos de necesidad, como cuando sufría lesiones durante los entrenamientos ninja. Su hermano, a pesar de ser dado por muerto por el clan, seguía siendo su razón para seguir adelante, su motivación para perseverar en su camino ninja a pesar de todos los obstáculos que enfrentaba.