Seguramente todos, en algún momento han sentido que la vida en realidad puede no ser tan hermosa como se la idealiza. Es inevitable pensar cómo será.. estar muerto. ¿Qué sucede cuándo cada vida termina? Aveces no es necesario morir para saber que en realidad no estás vivo. Vivir por vivir no es divertido, no tiene chiste. Llevar una vida alocada donde podrías perder la vida a la vuelta de la esquina tampoco lo es, pero al menos es acompañada por la adrenalina del momento y eso, es vida o.. algo parecido. Ese pensamiento acompaña las vidas de Katsuki e Izuku. Dos desconocidos que se encuentran por una maldita e inevitable coincidencia. Muchos dirían que es producto del destino.. Pero no, ésto no es el destino, son simples e inocentes coincidencias que sucedieron cuando menos lo esperaban y cuando más podrían necesitarlo.