Abusos, sangre y muerte. Así fue la infancia de la loba Astrid. Ahora tendrá que aprender a llevarse bien con otras personas... o tal vez no. En cualquier caso, ella será enviada a un internado de criaturas mágicas, donde todo tipo de cambia formas, vampiros, gárgolas y muchas otras cosas; conviven juntos. Quien sabe, puede que encuentre el amor se su vida, su mate, su alma gemela. Tal vez lo ame con todo su corazón o tal vez lo odie con toda su alma. Todo es un misterio cuando se habla de ella, de la Alpha más poderosa que probablemente exista en el universo. ○○○○○○○○ - Ya te dije que no -rugi mirandolo con rabia- no puedo permitirme ser amiga de tu especie, sois ridículamente monos y inútiles, no servís para nada más que para maullar y ronronear - Escupi acercándome a él, sonriendo de lado al ver que se apartaba de mi con miedo - Eso nunca va a pasar. - Ya vale Astrid -me dijo una voz con autoridad, me giré y vi mi principal problema, un problema que llevaba dias intentando esquivar - Déjalo tranquilo, ya es hora de que empieces a llevarte bien con otras especies o que pasa - me miro y sonrio con autosuficiencia - A caso quieres ser igual que tu madre? I ahí, fue cuando no pude mas, me transforme saltando encima de el y dirigiendo mis fauces hacía su cuello.