"_Nunca olvides esto Rose, es de suma importancia que lo recuerdes, ¿de acuerdo? Sus ojos castaños ahora serios me estudiaban el rostro como mirándolo por última vez, el aire nos azotaba la cara y me removía furiosamente el pelo, cada célula de mi cuerpo estaba impregnada de adrenalina. Joder, ¿qué estábamos haciendo?
_De acuerdo, no lo olvidaré. Dije con hilo de voz y le sonreí a causa del éxtasis, pero mi cabeza era un remolino de pensamientos sin coherencia, me puso las manos sobre las mejillas y me miró aun más intensamente, con suavidad se inclinó sobre mi y me plantó un beso en los labios, pero de esos que causan estragos, apasionado y ardiente, feroz y desgarrador, como si fuese la última vez que podría hacerlo... En mi pecho se instaló un agradable ardor producido por su beso pero que se vio sustituido por otro tipo de ardor mucho, muchísimo menos agradable, de esos que te consumen de dentro afuera.
_Carpe Diem, Roflowie.
Susurró contra mis labios y su aliento cálido me acarició la nariz, me miró una vez más, sonrió con ganas, con la adrenalina en sus venas, con la vida en sus ojos, y entonces, cual león atacando a su presa, flexionó la espalda, y saltó, dejándome sola en el vagón con los pies clavados al suelo, alejándome más y más de mi vida con cada segundo que pasaba sin moverme."