Su vida da un giro inesperado que de un momento a otro se olvida de cuáles son las decisiones que siempre ha tomado, duda si es que ella siempre opta por lo correcto o no.
Que tu vida haya cambiado completamente, que las personas que te rodeaban hayan desaparecido ante tus ojos, el ambiente en el que vivas día a día no sea el mismo, ¿puede influir o excusar el hecho de que estés saliendo con un hombre ajeno?
Brooke Winslow ha estado pensándolo bien, y es que, ¿puede que sea un capricho suyo?, entonces recuerda la sonrisa de ese chico de ojos esmeraldas y dice que no; que está jodidamente hundida. Y ni siquiera supo en que momento cayó.
Lo que comenzó como un estúpido capricho se volvió sin duda en su más grande perdición.
No sabe si se está perdiendo a si misma, si toda la gran persona que fue se está esfumando, pero sobre todo, no sabe porque permite seguir siendo la chica que anda a escondidas con un chico que ya tiene novia. Y él, no está dispuesto a dejar a su novia, le pide que lo entienda, que no pregunte. Pero..., ¿cómo podrá entenderlo si está perdiendo la cabeza y ya no puede ni siquiera entenderse a ella misma?
Está hundida, tal cual ancla en el mar, de eso no hay duda. Sólo espera no perderse en el océano, y es que, todos tenemos un límite.
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