-Savior-

El sujeto de la máscara naranja se burlaba de ella, de sus intentos por salvar a sus amigos que yacían sin vida a un lado suyo.
Las lágrimas llenas de rabia e impotencia caían rodando por su rostro, no podía moverse y todo su cuerpo estaba repleto de quemaduras...
¿Así iba a morir?
-Dios, no sé si eres real, tampoco sé si me escuchas...¡Pero no es justo que esto acabe así! ¡Sabes que me esforcé! ¡MALDITA SEA! ¡Realmente lo intenté!-Los gritos agonizantes retumbaron en el campo de batalla donde solo prevalecía el enemigo que la miraba con cinismo.
Ni siquiera con su Yin activado podía curar sus heridas, realmente estaba agotada.
-Tú sigue gritando que yo disfruto de oír tus lamentos.-El depravado se acercó a paso lento, Sakura entendió sus intenciones y antes de siquiera permitirlo; se cortó la garganta con su propio kunai.

...

No supo que el creador del todo la había escuchado.

-Sé que fui injusto contigo y con tu gente...Te ofrezco un trato.
-...
-Te devolveré desde el punto de partida, te permitiré ser la salvadora de tu aldea, pero tú pagarás el precio de volver a empezar.-Ella no entendió eso al principio, pero de todas maneras aceptó.

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La luz que la envolvió la llevó a otro lugar, pero...¿Dios la llevó al infierno?
Todo estaba ardiendo, y ella no podía hacer nada; era una pequeña e inútil bebé.