Si pudiera decidir mi destino hubiera querido tener una vida humana en vez de ser un dios, pero aunque no los odio ya nada será como antes...
está vez aceptaré mi castigo.
La vida es una y hay que vivir al máximo, todo el mundo cambia, pero yo aún sigo sin poder cambiar, no es tristeza no es arrogancia, soy yo, que perdí la esperanza.