Evangeline destaca en el club como si fuera una joya virgen,pura e intocable. Vive en un mundo en el que no encaja. Con su cándida inocencia,todos los hombres quieren aprovecharse de ella, pero solo Drake puede tocarla. Él siente sus miedos, pero también reconoce el deseo en su mirada, y sabe que Evangeline no se irá de allí hasta que no la posea. Ella no necesita conocer sus secretos, hasta que él la tiene bajo su dominio total. En el momento en el que Drake le confiesa lo que realmente quiere, Evangeline no se puede resistir. Su insisto le dice que se aleje, pero su corazón le aconseja que no se eche atrás y que descubra la delgada línea que separa del placer del dolor. Ahora solo le queda rezar para que el lo termine de destruirla