Podría sentarme en el computador a escribir un sinfín de historias, en donde los protagonistas se enamoren, tengan muchos hijos y un final lo suficientemente feliz como para complacer a todos los lectores. Pero lo que ahora verás entre estas líneas irá más allá de una historia ficticia, se trata de mi vida, de mi pasado y de lo algún día la vida me quitó y me dio.
Lamentablemente, sé que, como yo, hay muchas personas que les pasó lo que a mí: la guerra, los paramilitares o el narcotráfico nos hizo más daño de lo que alguien se pueda imaginar, nos robó infancia, amor, felicidad, protección y toda una vida con las personas que amamos.
Soy de Colombia, específicamente de la costa. Siempre amaré el calor, la efusividad de la gente, los vendedores ambulantes haciéndonos reír con sus elocuencias, la fluidez con las que muchas personas logran decir tantas vulgaridades en una oración, las abuelitas enojándose porque algún joven es maleducado por no decir "adiós" al pasar por su casa, los chismes más veloces que la propia luz, los amores prohibidos, las rumbas pueblerinas que duraban hasta el amanecer, los hombres queriendo conquistar a más de cinco mujeres a la vez y estas burlándose de ellos a sus espaldas por ilusos.
Asimismo, podría sacar de dudas a más de uno que tiene como concepción que Colombia es un país de narcotráfico, pobre, ignorante y corrupto. Pues, déjenme decirles que no se dejen engañar... por supuesto que están en todo lo correcto. Sin embargo, esta nación tercermundista tiene lo suyo: el café más delicioso del mundo, unas playas hermosas, personas cálidas y trabajadoras, mujeres hermosas e inteligentes, hombres capaces y aptos, bailes exóticos y una rica cultura.
Ahora, sin más preámbulos, les contaré aquella historia, que actualmente mis nietos adoran escuchar e infinidades de veces han dicho que no podía privar de ella a personas que estarían fascinados de escucharme o leerme. Fue complicado, pero aquí est
Si alguien me hubiera dicho alguna vez que acabaría enamorada de la persona más odiosa del mundo, simplemente no lo habría creído. La idea parecía absurda, incluso cómica. A lo largo de mi vida, siempre había mantenido distancia de aquellos que no podían dejar de provocar y molestar, y sin embargo, aquí estaba, atrapada en un torbellino de emociones por alguien cuya arrogancia era tan notable como el calor de verano.
Lo peor de todo, lo que realmente complicaba las cosas, era que no solo mis sentimientos no eran correspondidos, sino que esa misma persona había fijado su atención en mi mejor amiga, al igual qué ella se fijó en él. La ironía de la situación no se me escapaba; ¿Cómo era posible que, en un universo tan vasto, tuviera que enamorarme de alguien tan absolutamente inapropiado? Era como si el destino se estuviera burlando de mí, eligiendo al único chico que no solo me irritaba profundamente, sino que también deseaba a la persona que más significaba para mí.
Y lo que es aún más frustrante, es que el destino no solo se ríe de mí por esto; parece decidido a ponerme a este chico en mi vida una y otra vez, como si lo que ya ha pasado no fuera suficiente. Cada encuentro, cada momento compartido, se siente como un cruel recordatorio de lo que no puedo tener.
Así que, ¿quieres saber cómo llegué a esta situación desesperante? ¿Cómo una simple conexión se convirtió en un caos de celos y frustración? Bien, prepárate, porque esta es mi historia. Aquí comienza el relato de un amor inesperado, lleno de risas, conflictos y lecciones que jamás imaginé que tendría que aprender.
(Historia real, completa, pero si queréis más detalles en algo lo redacto, si os gusta, subo el segundo libro)