Harper Davies tiene un único propósito, y es es no volver a abrirse ni a confiar en nadie, y mucho menos, en un chico.
Lo que Harper no espera es que un chico de ojos azules se cruce en su camino ,una tarde de verano en Lanewood, y acabe rompiendo todos sus esquemas.
Una mirada, un atardecer, un instante, y el efímero sentimiento de una atracción.
¿Se veran los propósitos de Harper afectados tras este incidente?
A veces, solo hace falta una mirada o un roce para saber que esa persona ha estado destinada a cruzarse contigo.