Después de que un accidente de moto casi los separe para siempre, Sabrae y Alec no tienen miedo a correr. De hecho, quieren volar.
Concretamente, 6.156,42 kilómetros.
Que es la distancia que hay del campamento donde Alec está haciendo voluntariado a la casa de Sabrae.
Los dos tienen miles de razones para esperar ese día en el que Alec, por fin, volverá a ser residente en el mismo código postal que Sabrae, pero... ¿son 6.156,42... o son menos?
¿Puede el lazo que les une resistir la tensión de la distancia? ¿Realmente medio mundo no es nada cuando cada centímetro es ya un mundo?
¿Acaso no brilla más tenue el sol cuanto más lejos está?
~Continuación de 𝑮𝒖𝒈𝒖𝒍𝒆𝒕𝒉𝒖, la tercera parte de 𝑺𝒂𝒃𝒓𝒂𝒆~
ADVERTENCIA: en esta historia se emplea lenguaje malsonante, y hay escenas violentas y de contenido sexual explícito. Todos los derechos reservados.
Imagen de portada original por @isabella en instagram.
Isabella es una mujer dividida en dos familias: Montilla y Petrova. A los 15 años, ella se enteró que era adoptada ya que su mamá huyo de su padre biológico. Sin embargo, al morir su mamá, el padre biológico :Damian Petrova, se enteró de su existencia y la reclamó como suya. Isabella se queda con su padre adoptivo hasta la muerte de él.
Ernesto, su tío, siempre supo de su origen y por salvar La Tormenta crea una tragedia para Isabella. Lo que la convierte en una mujer que no se deja gobernar por sus sentimientos. Donde siempre predomima su mente.
Sin embargo, todas sus reglas se rompen cuando conoce a Santos Torrealba y vuelve a sentir pasión y amor por alguien quien le hará romper las reglas, sus propias reglas.