Nuestro Hogar

Aquella casa no era más un hogar, no desde que sus habitantes habían partido a la otra vida. Los recuerdos que pintaban las paredes de ese lugar habían sido manchados con la tristeza de la pérdida, sin embargo, leves susurros del amor compartido entre esas 4 paredes seguían escuchándose, latentes aún después del tiempo, como si la fuerza de aquel cariño hubiese trascendido la muerte y Tricia ahora era capaz de escucharlos, fuertes claros, resonantes e invitantes.

Sé que la descripción puede parecer algo triste y deprimente pero prometo que esta es una historia de amor con un final feliz.