La vida de Imogen Adams de la nada se volvió una tragedia cuando su madre decide suicidarse y dejarla sola con su avanzado embarazo, aunque antes de morir deja asentado en su testamento que Imogen quedaría a cargo de una de sus mejores amigas de la secundaria, Sidney Haworthe y su hija Tabby a quien Imogen solo conoce de verla en los pasillos de la escuela.