La herencia de su familia nunca se tejió con hilos de afecto, sino con cadenas de maldición eterna.
Décadas atrás, una bruja vengativa lanzó una maldición despiadada sobre todas las mujeres de su linaje: nacerían marcadas por la deformidad, aprisionadas en cuerpos rechazados por la sociedad, condenadas a una existencia sin belleza, sin pertenencia, sin un atisbo de redención. Una plaga hereditaria, transmitida de madre a hija como una sentencia ineludible, un legado de sombras y aislamiento.
Ella llevó esa carga desde la cuna, acostumbrándose a las miradas de repugnancia, a los murmullos maliciosos, a la invisibilidad. Enviada a Nevermore con la esperanza de encontrar un refugio para «aberraciones» como ella, la maldición persistía, una sombra invisible que la aislaba incluso entre los excluidos.
Fue allí donde se cruzó en el camino de Isaac Night. Encantador, astuto, devorado por la ambición. Para ella, él era el sol en un cielo perpetuamente nublado. Cegada por la pasión, se convirtió en su sombra, era su asistente, pero para él era más bien una marioneta. Lo siguió ciegamente en oscuros complots, incluida la audaz conspiración para liberar a su hermana Hyde que vivía dentro de ella, arriesgándolo todo por un atisbo de reciprocidad que nunca llegó.
Entonces, el caos estalló, la explosión destruyó las cadenas de la maldición. Al borde del abismo entre la vida y la muerte, su cuerpo fue purgado del veneno ancestral. Al despertar del coma, lo que antes era grotesco ahora irradiaba belleza. Por primera vez, se veía libre, no solo de la deformidad, sino de la prisión que había sofocado a generaciones de su familia.
Juró empezar de nuevo, lejos del pasado, lejos de Nevermore, lejos de Isaac Night, lejos de todo. Pero al destino le encanta jugar con las viejas heridas.
original de yvanecastleblack.