Mi nombre es Kayn Ozymandias, un chico que fue criado por un dragón aunque no lo crean, el nombre de aquel dragón que sin duda alguna es mi padre era Rakshasa el dragón de la tierra. El fue quien me crío, me enseñó a leer y escribir, también me entreno en poder dominar la magia Dragón Slayer de Tierra.
Pero... un día luego de haber completado mi entrenamiento de supervivencia no lo volví a ver, por más que estaba buscando y buscando jamás logré encontrarlo, no llegue a encontrar ninguna pista sobre como fue que desapareció, solo recuerdo que fue un 7 de Julio, en el año x777.
Mientras viajaba por el continente ganando dinero por peticiones normales para poder alimentarme además de tambien cazar mi propia comida, empezaría a toparme con bastantes tipos de personas y entre todas ellas un pequeño anciano que me hizo una pregunta, poco sabía en ese momento que al responderla cambiaría toda mi vida, todo mi viaje y mi propia persona.
-¿Te gustaría unirte a Fairy Tail, chico?-
-¡Acepto!-
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➤ Historia original creada por "Jack-Shishio", no se aceptan copias ni adaptaciones de ningún tipo.
➤ OC × Fairy Tail.
➤ Está historia ha sido creada con fines de entretenimiento, si no te gustan los "fanfics" e historias alternas puedes dejar de leer en este momento.
➤ Los edits de esta historia fueron hechos por mi así que eviten el robo de las imágenes.
➤ Publicado el: 30/08/22
Seong Na-ri, "La prostituta más hermosa", cómo los hombres la conocen.
Seong Na-ri, "La asesina", como sus verdaderas amigas lo hacen.
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Na-ri tiene una personalidad bastante cuestionable, si no le gustas, te lo hará saber. Pero si le agradas, será la persona más divertida que podrás conocer.
A pesar de ser de personalidad alocada, tiene un corazón grande y puro, hará hasta lo imperdonable con tal de proteger y cuidar a sus personas cercanas.
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Pensó que había conocido el amor con una chica que conoció cuando no tenía nada. Pero esa chica la abandonó sin razón, haciéndola creer que el amor es tonto.
Pero dos chicas completamente distintas la harán enamorarse de nuevo... Y digamos que su forma de amar es, bueno, intensa.