Dentro de la monotonía de su matrimonio, no le quedaba otra opción que callar sus propias quejas ante el destino al que él mismo se sentenció. Taehyung era firme y decidido sobre el norte que tendría su vida, hasta que un día llegó quien desestabilizó su mundo sin dejar rastro de los principios y el amor propio que se tenía. Él tenía la esperanza de que Jungkook cambiaría algún día. Sin embargo, los años pasaban y el tiempo terminó por reírse en su cara y en sus anhelos.
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